Al morir su mujer, él se dedicó a torturar a las hijas y vejar a una de ellas

Así lo determinó la jueza de Añatuya, General Taboada, Gladys Liliana Lami, al dictar el procesamiento del sujeto, de apellido Ríos. 

“Abuso sexual gravemente ultrajante” es la figura enrostrada al individuo, domiciliado en Añatuya, a la altura del kilómetro 15, según fuentes judiciales.

De acuerdo con el proceso, una mujer falleció y dejó huérfanos a cuatro niños: tres mujeres que hoy tienen 9, 11 y 15 años. El más chico, un varón, de 7 años. 

Ocaso familiar 

Una tarde, el padre llevó a la habitación a la mayor y la sometió sexualmente. 

Desde entonces, la transformó en su cautiva sexual y cualquier destello que pudiese interpretarse como llanto, era neutralizado a latigazos. 

Los otros niños no la pasaban mejor. 

Ante los investigadores, relataron que su padre los golpeaba por cualquier motivo. Al varoncito solía ahorcarlo, añadieron. 

Cansados, en octubre del 2012 la mayor pidió ayuda y así la jueza terminó auxiliándolos. 

Hoy, Ríos está detenido y se presume que a comienzos del 2014 será juzgado. 

Como se encuentran solor, los cuatro menores fueron socorridos y albergados en un hogar denominado El Refugio. 

Allí, pasan sus días intentando hacer cicatrizar sus heridas. 

Trascendió que una de las niñas sufre las secuelas, muy visibles, de tantos malos tratos. Sólo el tiempo definirá qué los espera, tras las lágrimas y el horror.