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Es un misterio el destino de un hombre y un niño que desaparecieron en el sur

diario sud | 4.2.13 | 0 comentarios

Un chico cordobés cayó al río Dulce en julio pasado y un poblador rural nunca llegó a su casa, poco antes de que finalizara el año 2012. 


SUMAMPA, Quebrachos (C). A pesar del tiempo, la buena voluntad y un trabajo incansable del personal policial y de la familia cordobesa de Tomás Ibarra y Miguel Santos Velázquez, no lograron dar con el paradero de sus seres queridos que desaparecieron en medio del monte y en el cauce del río Dulce el año pasado, incrementando el dolor de no haber podido haber recuperado sus restos. 
El 28 de julio del 2012, José Ibarra había arribado desde la provincia de Córdoba al sur santiagueño. Había venido junto a dos de sus hijos de 9 y 14 años y un pariente con su hijo para disfrutar de la pesca en la zona de Las Trincheras. 
Mientras almorzaban, los dos menores de 9 años se trasladaron hasta un bote que se hallaba a la vera del río e intentaron cruzarlo en la embarcación. 
Por causas que se trataban de establecer, uno de ellos se cayó al agua y su pariente, al intentar auxiliarlo, se terminó sumergiendo en el cauce. 
El padre quiso rescatar al chico y casi pierde la vida en el intento. Un pariente logró sacar al progenitor de Tomás y a uno de los menores, pero fue en vano volver en la búsqueda del otro chico, que se había sumergido en las aguas. 
Durante varios meses, los padres del menor cordobés vivieron en la zona de Paso de Oscares, desde donde cada día junto a personal policial, de Defensa Civil, del grupo GER y baqueanos realizaban rastrillajes en toda la zona ribereñas con el fin de dar con el paradero de Tomas- 
Pero tanto esfuerzo fue en vano, porque pasó el tiempo y debieron resignarse que la profundidad del río no le quisiera devolver a su hijito. 
Extraviado 
El 30 de diciembre de 2012, mientras todos se preparaban para despedir el año, los allegados a Miguel Santos Velázquez pusieron en conocimiento del personal policial que su familiar, después de dormir la siesta en la casa de un pariente, se habría levantado a las 16 y habría salido hacia el monte. 
Supuestamente era para trasladarse hasta su vivienda, que se encuentra ubicada a la vera del río. Pero al ir más tarde al verlo, se dieron con la ingrata noticia de que el hombre mayor no estaba en el inmueble. 
Durante varios días, efectivos de la Seccional 33, del Grupo Especial de Rescate, de la División Canes y lugareños, buscaron por la zona ribereña y monte adentro, pero sin el resultado esperado y con el temor de que el hombre se hubiera caído al cauce de agua.


Fuente: elliberal.com.ar

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