La joven santiagueña que cuidó a las hijas de la princesa Máxima
La joven nació en Sumampa y tenía 26 años cuando la princesa Máxima la eligió para que cuidara a sus hijas Ariane (6), Amalia (4) y Alexia (2 y medio). Habla fluidamente inglés, francés y holandés. Su CV dice que hizo estudios de Literatura e Idiomas en la Universidad Nacional de Córdoba con excelentes calificaciones.
La princesa siempre confesó que su deseo es educar a sus hijas en todo lo concerniente a la cultura holandesa, aunque sin renunciar al conocimiento de las costumbres y el idioma español. Por ello, decidió contratar a una niñera de nacionalidad argentina para que se ocupara de las princesas Ariane (6), Amalia (4) y Alexia (2 y medio).
La baby sitter seleccionada fue una joven de 26 años (por seguridad, la Casa Real nunca brindó su nombre), oriunda de Santiago del Estero, que habla fluidamente inglés, francés y holandés. Su CV dice que hizo estudios de Literatura e Idiomas en la Universidad Nacional de Córdoba, donde por sus excelentes calificaciones, fue becada un año en los Países Bajos.
La santiagueña se desempeñó durante seis meses como niñera de una de las hijas de Máxima. Nació y se crió en Sumampa, junto con sus padres, una hermana menor y sus abuelos.
Se encargó del cuidado de Catarina Amalia, la hija menor de la argentina que llegó a ser princesa y la cuarta en la línea de sucesión al trono de los Países Bajos, detrás de su padre y sus hermanas mayores Amalia y Alexia.
Cuando finalizó el secundario en un colegio de Villa Ojo de Agua, junto con sus padres y su hermana menor se trasladó a vivir y a estudiar en Córdoba, inscribiéndose en la Escuela de Literatura e Idiomas de la Universidad Nacional de Córdoba.
Aunque su pasión es el idioma inglés, también cursó estudios de la lengua francesa, manejando ambas con fluidez. Debido a su facilidad para el aprendizaje de idiomas, también inició estudios de holandés.
A principio del año 2008, la Universidad de Córdoba le ofreció una beca para estudiar en Holanda, tomándose en consideración para la selección las excelentes calificaciones obtenidas durante los cursados de los tres idiomas. La joven sumampeña vivió casi un año en los Países Bajos, aprendiendo el idioma y, también, recorriendo su maravillosa geografía y sus pintorescos pueblos.
A su regreso a Córdoba, en marzo del año 2009 fue contactada por personal de la Embajada de Holanda en la Argentina con la intención de ofrecerle un trabajo en ese país, aunque sin especificar a qué se iba a dedicar, solamente le habían informado que se trataría de un empleo doméstico.
Luego de consultar con sus padres, resolvió aceptar el ofrecimiento porque le seducía la idea de radicarse, aunque sea temporariamente, en el país de los tulipanes, por lo que fue sometida a rigurosas pruebas de aptitudes, de conducta y psicológicas, previo a la selección.
A mediados de ese año, finalmente desde la embajada holandesa le informaron que se iba a desempeñar como niñera de una de las hijas de Máxima Zorreguieta, princesa de la Casa de Orange. Pero la selección final estuvo a cargo de Máxima, quien la entrevistó en Bariloche cuando vino a pasar unas breves vacaciones en julio de 2009.
Sin embargo, pasaron más de dos meses desde ese encuentro hasta que la joven oriunda de Sumampa pudiera trasponer las pesadas puertas del castillo real holandés, en donde están los aposentos de las hijas de Máxima y de Guillermo.
Así las cosas, en octubre abordó un vuelo de línea que, vía Chile, la depositó en Amsterdam, en donde la esperaba personal de la casa real para transportarla hasta la residencia oficial de los príncipes.
Fuente: elliberal.com.ar
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