Ella pasaba una noche de pasión, mientras su madre la buscaba con la policía

Creyendo en sus dichos la madre, María J. L, la autorizó a participar de la fiesta con la condición de que regresa a su casa cerca de las 4. Cuando se cumplió la hora de regreso, y la determinada adolescente no daba señales de vida, su madre comenzó a llamarla. 

María J. L esperó hasta las 6 y como su hija no aparecía, decidió ir hasta la casa donde se realizaba la fiesta. Su angustia aumentó aún más cuando llegó al lugar y notó que no había ninguna fiesta. 

Al entrevistarse con el amigo de su hija, éste le contó que no la había visto. Desesperada fue hasta la Comisaría Nº 2 del Menor y la Mujer y radicó la denuncia. Temiendo lo peor, distintas dependencias comenzaron a realizar averiguaciones. 

Cerca de las 11, tras las averiguaciones realizadas, los uniformados y la madre se trasladaron hasta una casa en la localidad de La Dársena. 

Visita impensada 

Al escuchar que golpeaban las manos, la menor salió sonriente de la casa, sin imaginar que detrás de la puerta estaba su madre y más de una decena de efectivos policiales. 

La adolescente le contó a su madre que había pasado la noche en ese lugar. Por orden de la fiscal de turno la menor fue entregada a su madre y el adolescente trasladado a la comisaría. 

En la dependencia policial, la madre de la joven decidió no radicar denuncia en contra del muchachito. 

En la búsqueda trabajó personal de la Comisaría del Menor y la Mujer a cargo del subcomisario Salvatierra.