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Sexting: ¿qué es y por qué lo hacemos?

diario sud | 16.8.12 | 0 comentarios

Enviarse imágenes osadas no es cosa nueva, pero la tecnología amplió las posibilidades y expuso tendencias exhibicionistas y voyeuristasInfobaeconsultó a expertos


En su momento fueron las fotos de Scarlett Johansson, filtradas por un hacker. Ahora, el escándalo que envolvió a una funcionaria de Costa Rica por un mensaje amoroso filmado en ropa interior. En los últimos tiempos se han repetido los casos de "sexting" revelados a la luz pública. Pero, más allá del escándalo, ¿a qué obedece esta costumbre?

Para algunos, la novedad en este juego erótico no radica tanto en el gesto en sí sino en el hecho de que la red multiplica el efecto y la audiencia de un espectáculo que hasta hace poco era de índole privadísima.

La única fotografía de Liz Taylor desnuda data del año 1956 y tenía por destinatario a su amante y futuro marido Michael Todd. En ella se ve a la actriz posando en el estudio de un fotógrafo. Tenía 24 años. La imagen recién se publicó tras la muerte de la estrella.


Antes de que se inventara la fotografía, algunos apelaron a la pintura para tener a la vista la imagen de la amante como Dios la trajo al mundo. Tal sería el caso de las célebres Majas del pintor español Goya, realizadas al parecer por encargo de un mecenas del artista, Manuel Godoy, primer ministro del rey español Carlos IV (1748-1819), padre de Fernando VII. La Maja desnuda quedaba oculta a las miradas indiscretas por la Maja vestida, mediante un sistema de poleas, que le permitía al propietario de los cuadros contemplar a su antojo a la modelo.

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Y si se compara la pose de Scarlett Johansson en la foto destinada a su marido de entonces, Ryan Reynolds, con la de la modelo de la Venus de Rubens o de la de Velázquez -ambas del siglo XVII- son notorias las coincidencias en la puesta en escena y en el uso del espejo que permite mostrar las nalgas y el rostro al mismo tiempo... ¿Nada nuevo bajo el sol?

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El juego del exhibicionista y el voyeur

 "Las nuevas tecnologías aportan posibilidades que el que pintó la Maja no tenía, dijo el médico psicoanalista Pedro Horvat a Infobae.com. El juego del exhibicionista  y el voyeur forma parte de la sexualidad de todos los adultos de forma más o menos desarrollada y es absolutamente normal, siempre y cuando no sea requisito para la excitación, es decir, si es una de las posibilidades eróticas de la pareja y no una condición necesaria".

"El sexting, o envío de material erótico a través de teléfonos celulares o correo electrónico, es un modo nuevo en que el exhibicionismo forma parte del juego erótico", dice este especialista en terapia de pareja y de familia.

Consultado acerca de si en este juego los roles están divididos en la pareja, responde: "No necesariamente, pueden ser tanto recíprocos como no, y uno de los dos tener el rol de voyeur y el otro el de exhibicionista. En el caso de la viceministra parecía que era así, ella hacía y él miraba, ella dice 'lo que hice por ti', o algo por el estilo. Pero en general, cuanto más flexibles son los roles, más durable es la pareja".

Horvat propone entender el sexting en el contexto cultural actual: "Hace 50 años el señor o la señorita hubieran mandado una carta, diciendo 'cuánto que te deseo, cuánto pienso en vos, en tus curvas, o lo que te haría y lo que no te haría', con más o menos audacia, pero era un mundo donde dominaba la palabra; hoy domina la imagen".

Infobae.com consultó también al médico y psicoanalista Andrés Rascosky, presidente de APA (Asociación Psicoanalítica Argentina), quien explicó que "la imagen es para muchos una condición erotizante y fue usada desde que se inventó la fotografía y quizá previamente con las pinturas y los dibujos de desnudos, y ese regalo podía representar una forma de entrega".

"El intercambio de imágenes entre amantes -agregó Rascosky- es un medio para erotizar o convocar al otro o un modo de recordatorio de quién soy; de hecho, los hombres nos pasamos mirando las fotos deMarilyn Monroe y otra multitud de imágenes que son para muchos una condición erotizante. Todos entramos al campo de lo erótico fundamentalmente a través de la imagen, las mujeres se arreglan y los hombres se visten para producir una imagen convocante o se desvisten con el mismo objetivo". 


"El intercambio que se da a través del sexting tiene dos condiciones, explica Rascosky: una voyeurística, porque hombres y mujeres gozamos de mirar el cuerpo, sus posiciones e incluso al otro teniendo sexo. Los swingers, por ejemplo, intercambian pareja pero también miran cómo practica el sexo el otro. Hay una enorme curiosidad por la sexualidad de los demás quizá porque todo el mundo experimenta una cierta inseguridad, especialmente los hombres que siempre tienen el horizonte de la impotencia como posible. El otro componente, es el exhibicionismo gozoso de gente que muestra su forma de hacer el amor y que goza muchísimo de que la vean".

¿Puede decirse que el exhibicionismo es más bien femenino y el voyeurismo masculino?

"Indudablemente -es la respuesta de Rascosky-, la mujer siente un placer enorme en ser mirada y deseada. Se arregla, se viste o desviste, se pone fetiches, como las joyas, para convocar la mirada del hombre. El hombre tiene como condición desear. Si uno busca ser deseado está en un posicionamiento femenino".

La orgía virtual

Sin embargo, aunque tenga antecedentes, el sexting también es signo de "un cambio en la noción de intimidad", dice el doctor Horvat. "La idea de lo íntimo, los límites entre lo íntimo, lo privado y lo público se han corrido, por lo tanto, lo que yo en otra época no hubiera compartido, hoy lo comparto y lo hago público; ese es uno de los elementos que hace que estas fotos aparezcan en Internet ya de manera deliberada. No quiere decir que la gente no tenga intimidad, sino que la intimidad es otra cosa, ya no es la exhibición del cuerpo. Nadie guarda en secreto lo que ya no es cuestionado por la sociedad".

También Andrés Rascosky habla de las "tantas transformaciones de la vida erótica en la cultura contemporánea" y destaca "las posibilidades que ha generado esta forma de hacer público lo íntimo que es la web que, sin exponerse en forma directa o real, permite un exponerse virtualmente a través de la lente de la cámara". "Son nuevas formas de erotismo que nuestra cultura o Internet han generado, dice, nuevas formas de canalizar la erotización que provoca la sexualidad de otro, la curiosidad que provoca".  

Pero esta transformación de lo íntimo en público que han traído Internet y las cámaras son una producción cultural totalmente nueva, agrega Rascosky, y pone como ejemplo "ciertas prácticas sexuales contemporáneas en grandes ciudades a través de la red que consisten en poner una cámara y que el otro esté haciendo el amor y uno también, es decir, una orgía virtual". Otro ejemplo, dice, es que ya se trabaja en "la propuesta de un traje muy sensible que permitiría que un hombre acaricie el cuerpo de una mujer a miles de kilómetros de distancia a través de la web".

¿Son normales estas prácticas?

"El exhibicionismo, dice Horvat, cuando no es consensuado, es decir, la clásica imagen del señor que se abre el impermeable, está dentro de una perversión, pero acá no estamos hablando de eso sino de juegos consensuados dentro de la pareja".

Para Rascosky es algo normal en la medida en que sea "una condición para entrar en el campo erótico". "Puede decirse que las relaciones sexuales empiezan por mirarse, por tocarse, por besarse, pero culminan en el encuentro de los genitales. El voyeurista perverso es aquél culmina su excitación solamente mirando. En términos generales, si las relaciones se detienen siempre en algún  punto intermedio, si solamente besando, o solamente tocando y no en la unión de los genitales, estamos en el camino de lo perverso. Gozar solamente mirando se encuadra en esa figura", explica. Igualmente admite que "la red ha multiplicado un cierto voyeurismo que podríamos decir que bordea la perversión o lo que podía ser considerado perversión en otra época".

Un tercer problema es el del escándalo que se genera cuando el sexting se hace público. "Lo que me parece, dice Horvat, es que no hay en general mucha conciencia del riesgo que se corre, no solamente con estas imágenes, también con los mails y los mensajes. Para mí y para todos mis colegas es una experiencia cotidiana el ver gente en problemas a causa de errores cometidos en el manejo de la tecnología. Errores gravísimos, personales, laborales, de todo tipo".


De todos modos, ni siquiera esto es del todo nuevo. La fotografía que Nelson Algrentomó de su amante Simone de Beauvoir en el baño, posiblemente luego de un encuentro amoroso, fueron portada del semanario francés Le Nouvel Observateur años después, pero aún en vida de todos los protagonistas, incluso del esposo de la dama,Jean-Paul Sartre. Pero es posible que éste no se haya quejado ya que él y Simone mantenían lo que se conoce como "una relación abierta". 

Fuente: infobae.com


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